En la actualidad, no hay un ámbito en la vida de las personas que no esté en redes sociales y qué decir de la publicidad. Los que trabajamos en esta industria las consideramos una herramienta para propagar mensajes que motiven determinado comportamiento siempre con las mejores intenciones en mente. Lo “peor” que podría suceder es que la campaña no tenga likes, views o comentarios, que la gente no consuma, ¿cierto?


Pero hay otros mensajes, otras publicaciones que terminan en linchamientos que trascienden el mundo digital y se derraman en la vida de las personas. Después de 2 años de investigación sobre este tema, Ana María Olabuenaga, una de las publicistas más premiadas de este país, presenta Linchamientos digitales, un libro que explora este fenómeno que, tristemente, se está volviendo más y más frecuente. Más allá de casos de la industria, la autora se enfoca en las personas que han sufrido del linchamiento y han podido o no sobreponerse al mismo.


Se trata de un libro que recoge sólo algunas de las historias de dichos linchamientos junto con sus consecuencias. Y es que aunque tales actos se llevan a cabo en un entorno online, las consecuencias suceden mucho más allá. De hecho, la propia Olabuenaga, reconoce que la palabra “digital” está incorrecta porque implica minimizarlos, como si sólo vivieran en Internet, como si sólo fueran bullying o trolling. 


En palabras, de Nicolás Alvarado, quien apoyó a Olabuenaga durante la presentación de su libro y también protagonista, “Pocos entienden las redes sociales porque no hay mediadores”. Todos somos remitentes y destinatarios al mismo tiempo, además de que nos creemos con la capacidad y autoridad de juzgar si una idea o una acción es buena o mala.

Ni siquiera pensamos en lo que un meme podría significar, pero la publicista nos pone los pies sobre la tierra y nos dice que esta forma de comunicación en ocasiones se convierte en un insulto. La razón es que tomas a las personas y las sacas de todo contexto y, al hacerlo, la persona misma se reduce.

Se habla también de legislación, de poner límites y sanciones, pero la autora puntualiza que no se trata de hacer del medio un lugar punitivo, sino que el primer paso es mejorar como personas y como sociedad. Si tan sólo leyéramos dos veces un caption antes publicarlo, la diferencia sería por demás significativa.

El sólo hecho de pensar si le das like a algo, si siquiera lo ves, si lo comentas, si te “subes al tren del mame” o no o, en pocas palabras, si eres consciente la persona que se es en línea es fundamental. ¿Por qué? La respuesta es simple, el círculo de influencia es mucho más grande en redes sociales que en la vida fuera de la web. Hablamos de 700 personas contra una o dos decenas.
 

¿Cuál es la responsabilidad que tenemos como publicistas o simplemente por pertenecer a esta industria? ¿Qué tipo de mensajes estamos promoviendo? Sobran los ejemplos para afirmar que los linchamientos digitales no sólo le ocurren a las personas, sino también a las marcas y a las empresas. Las consecuencias se traducen en pérdida de credibilidad, backlash, cuentas perdidas e incluso despidos de personal en todos los niveles. 


Queda claro entonces que la premisa principal de Linchamientos digitales es que el mundo online no tiene reglas pero sí consecuencias y que todo lo que pasa online incide en el mundo offline. Está en cada uno de los usuarios decidir cómo quiere ser. Al final es un tema de responsabilidad, de asertividad y de empatía con otros seres humanos.


Finalmente, pero no menos importante, nuestro director Edgardo López Huerta puntualiza que este libro se vuelve obligado para todos aquellos que nos dedicamos a la comunicación en cualquier formato, para quienes tenemos la responsabilidad de enviar un mensaje que busca persuadir en una acción comercial. Sólo con esto en mente corremos el riesgo de pasar por alto los daños colaterales.

Si buscamos la provocación, la pregunta será, entonces, a costa de qué. ¿Será que el fin justifica los medios? La reflexión debería ser tomar conciencia en el pensamiento a largo plazo y que éste nos lleve a tomar las mejores decisiones, ya que de una u otra forma, la publicidad y la comunicación son factores que moldean el pensamiento de una sociedad. 
 

Los invitamos a leer Linchamientos digitales por Ana María Olabuenaga.