Uno de los segmentos que más niegan la necesidad de hacer marketing para sus marcas es el de las empresas familiares. Las excusas que tienen para ellos son muchas y muy variadas, pero todas coinciden en una cosa:
- No tengo presupuesto para ello
- Es muy costoso
- Nunca lo he hecho
- Aquí lo hacemos distintos
- Desde mi abuelo se hacen las cosas así
- Mi marca se vende sola
- No vendo tanto
- Prefiero invertir en otras cosas
- Ventas hace la labor de marketing
La ceguera del empresario familiar tiene distintos ángulos pero el más contundente es la falta de interés para invertir en elementos intangibles como el marketing. Esta mentalidad se basa en factores económicos y en el poco entendimiento que tienen acerca de la disciplina, ya que prefieren tener el dinero en la bolsa que invertirlo.
Otra razón es que estas empresas venden bien y por eso los dueños creen que no necesitan de un acelerador para aumentar sus ganancias. En realidad, lo que hacen es presionar y exigir más a un modelo de negocio que en muchos casos sí han utilizado desde los abuelos o generaciones anteriores.
Aunque no lo crean, estas empresas sí necesitan marketing y uno diseñado especialmente para cubrir sus necesidades específicas. De igual manera, necesitan estrategias que les permitan enfrentarse a un mundo donde cada vez existen más herramientas que se han segmentado por industria para crear mayor valor.
Por otro lado, están los empresarios de corte familiar que no evolucionan y se enfocan más en vender productos básicos que marcas. Estas personas sí poseen una marca pero su valor radica en el precio y en el ser un producto de primera necesidad.
El futuro de cualquier negocio siempre será incierto, pero lo que sí es seguro es que el consumidor ha cambiado sus hábitos radicalmente. El mundo digital ha venido a romper con esquemas y hace que las reglas del juego sean distintas.
Antes se podían poner todas las excusas para no hacer marketing porque, al fin y al cabo, las empresas iban a continuar vendiendo sus productos de primera necesidad, pero ahora hay nuevos consumidores. Ellos ya no reciben esa “herencia de marca”, por lo que las empresas se verán forzadas a transformarse o a perder ventas hasta desaparecer.
La creencia de que el uso de las marcas se heredan ya caducó. Los consumidores modernos prefieren marcas que conecten con ellos. Ese es el rol que tiene el marketing en las empresas: crear una estrategia que cautive al target en todos sentidos.
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