Si bien ya son varios años desde que comenzamos a escuchar acerca de un “nuevo movimiento emprendedor”, éste todavía no termina por consolidarse. La razón es que estas empresas aún no son sostenibles en el tiempo. Existen infinidad de eventos y recursos cuyo objetivo es facilitar el emprendimiento, sin embargo, hay poca solidez en cuanto a las ideas de negocio.

Es común escuchar dos tipos de propuestas o pitches: la empresa que suena como el siguiente Uber de la industria pero sostenida con ideas al aire y la empresa que, de hecho, sí tiene una lógica y una oportunidad de mercado bien fundamentada. El problema entonces reside en que ambas tienen poco sustento en cuanto acciones aplicables de marketing que logren hablarle a su consumidor potencial o target.

Cuando estos emprendedores se enfrentan a la pregunta sobre su plataforma de marketing o su estrategia de marca, las respuestas son básicamente inexistentes. Los empresarios se enfocan en hacer productos viables pero no hay una idea clara de quién es el consumidor, cuál es la promesa de marca, beneficios, diferenciadores o competidores.

Estos elementos son básicos a la hora de establecer un plan de marketing. Cada uno debe contar con un pensamiento estructurado, fundamentado y lógico para que la marca vea la luz del día en las mejores condiciones posibles. La aventura de ser emprendedor es larga y complicada, pero si se inicia con la variable del marketing, el viaje y el rumbo pueden ser completamente distintos.