Al haber tantas heladerías de La Michoacana de alguna forma la convirtió en una marca pública o huérfana legalmente que no pertenece a nadie y que cualquiera puede usar. Al ser prácticamente una familia la que desarrolló el concepto de helado de origen michoacano en los años cuarentas, al crecer y tener ramificaciones, una familia directa de los fundadores, quiso poner orden en el tema de las Michoacanas y agregar otros estándares más altos de calidad ya que al haber tantas en todo el país, las barreras de entrada eran nulas por lo que se producían paletas y helados de muy baja calidad.
Esta familia Abarca invirtió en temas de producción, distribución y puntos de venta creando el concepto de La Nueva Michoacana, desmarcándose del resto, sin embargo, esto era difícil de entender para el consumidor, que la seguía viendo como una Michoacana normal, es por eso que se decidió hacer un relanzamiento de la marca vía campaña digital primordialmente, relaciones públicas y renovación de los puntos de venta para reforzar la identidad de "La Nueva".
La Nueva Michoacana, tiene el reto de establecer una diferenciación contundente contra los 15,000 establecimientos en México que se ostentan bajo el nombre de La Michoacana y su símbolo de la “tucumbita”, de ahí que debíamos apelar nuevos estímulos que generen vinculación a la marca, bajo un concepto de ser el lado bueno de cada día, donde un helado al igual que la música sabe ponernos de un mejor ánimo.
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